1. Aspectos de la tradición
Desde el punto de vista real, la historia es entrega, tradición. ¿Qué significa esto?
Pueden distinguirse en la tradición dos aspectos: el ontológico y el psicológico, según los cuales ha de hablarse respectivamente de tradición fundante y de tradición consciente. La tradición fundante es la dimensión objetiva que expresa la instalación del hombre en un estilo de vida y la continuidad dentro de la comunidad de lo transmitido; su valor es ontológico, o sea, formal y existencial, como presupuesto indispensable del hombre y de la cultura, los cuales no son posibles sin tradición. La tradición consciente expresa la conciencia que el individuo tiene del proceso de heredar, o sea, la percatación de que los contenidos habidos son heredados, de modo que el individuo se considera como eslabón vital unido con generaciones anteriores. Hablemos ahora de la primera.
Lo que determina a un sujeto individual en su identidad social, en su distinción de otro hombre, es un principio de unidad (tanto en el espacio como en la acción) y un principio de continuidad[1], ofrecido éste en la memoria profunda; de modo que, como dice Unamuno, la memoria es al individuo lo que la tradición es al pueblo: «La memoria es la base de la personalidad individual, así como la tradición lo es de la personalidad colectiva de un pueblo»[2]. Continuar leyendo