Acerca de las fases de la historia
La actitud psicológica y social del Milenarismo -que pronostica la aparición de una nueva y prodigiosa era, pasados mil años- reaparece en la historia de nuestra cultura con relativa frecuencia, especialmente en momentos de profundas crisis.
Desde Hegel, buena parte de la filosofía moderna llegó a pensar que la historia es constituida y guiada por un absoluto inmanente, no necesariamente consciente. Así lo explicó Hegel en la Introducción General a sus lecciones de Filosofía de la Historia Universal.
Pero ese absoluto viene a pasar internamente por tantas fases como épocas históricas puedan contarse. Varias veces pone Hegel en relación las épocas históricas con las Personas de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), bajo un principio dialéctico (tesis o inmediatez, antítesis o extrañamiento, síntesis o conciliación) frecuentemente expresado por el filósofo:
«El reino del Padre es la masa sustancial e indivisa, en mero cambio, como el reinado de Saturno que devora a sus hijos. El reino del Hijo es la aparición de Dios, pero en relación solamente con la existencia temporal, apareciendo en ésta como algo extraño (ein Fremdes). El reino del Espíritu es la reconciliación (Versöhnung)»[1]. Continuar leyendo