Salvador Dalí (1904–1989): “Nacimiento del nuevo hombre”. Fiel a su estilo surrealista, Dalí describe un universo simbólico que responde a la virtualidad inmensa de la forma, de la vida incipiente, de la esperanza.

  1. El orden ontológico, el orden lógico, el orden gnoseológico

Etimológicamente “forma” significa el aspecto exterior de una cosa, su aire, su apariencia. Pero cabía distinguir entre figura y forma, expresando aquélla el perfil o contorno de un objeto, el aspecto externo, pasando entonces la forma a significar el aspecto interno, la esencia. Es más, el primer concepto conduce al segundo, pues si el aspecto externo distingue a una cosa de las demás, constituyendo su fisonomía patente, es porque responde a una estructura interna, a una figura latente e invisible, captable sólo por la mente. De aquí que la forma signifique, en su sentido metafísico, aquello que hace a la cosa ser lo que es. En su connotación a la patencia y visibilidad traduce el griego μορφή y el latín forma; en su connotación a lo latente e invisible, traduce el griego εῖδος y el latín species o genus[1]. En cuanto a su repercusión estrictamente filosófica, se pueden distinguir tres enfoques de la forma:

  1. Absolutización objetiva, como principio ontológico;
  2. Absolutización subjetiva, como principio lógico-gnoseológico
  3. Proyección objetivo-subjetiva, como co-principio gnoseológico-ontoló­gico.

Es de advertir que, en cualquiera de estos tres enfoques, la forma conserva una doble función: determinante y unificante. Determinante, porque la forma determina y reduce lo ilimitado e indeterminado, lo amorfo e indefinido, que haría función de materia. Unificante, pues la forma ordena la multiplicidad y dispersión material, configurando una síntesis con significación y sentido, confiriendo a los objetos una jerarquía y unas relaciones de subordinación y dependencia, las cuales garantizan una legalidad constante. Por esas dos funciones, la forma da consistencia universal e intemporal a los objetos, proviniendo de ella la dimensión necesaria y universal que requiere la ciencia[2]. Continuar leyendo