Rosetón de la Puerta Principal de la Catedral de Burgos. El símbolo de Salomón es una estrella de seis picos dentro de un círculo. Simboliza la unión de los opuestos y del cosmos entero.

Rosetón de la Puerta Principal de la Catedral de Burgos. El símbolo de Salomón es una estrella de seis picos dentro de un círculo. Simboliza la unión de los opuestos y del cosmos entero.

1. La cuestión del fin de la historia

El curso histórico del hombre forma un tejido com­plicado, cuyas articulaciones muestran aspectos religiosos, políticos, psicológicos y eco­nómicos, de varia­dos matices. Contemplando panorámicamente este vasto tejido, surge una pregunta insoslayable, refe­rente al fin delcurso temporal: ¿es posible indicar en este despliegue, tomado en conjunto con sus logros y quebrantos, un término que, a modo de fin, polarice todas las obras humanas y dé sentido total al proceso?

La respuesta a esta pregunta forma un núcleo fun­damental de temas llamado Historiología, la cual pretende entender no sólo la constitución ontológica o la estructura esencial de los hechos históricos[1], sino la génesis y la finalidad de esos hechos tomados como un todo procesual internamente concatenado. Esta tarea compete a una investigación que cabría llamar teleológica (de télos =fin), en cuanto considera el curso histórico como una serie de nexos y se pregunta por el fin y, en consecuencia, por el sentido de ese curso[2]. No otro fue el objetivo que se propuso Hegel en sus Lecciones de Filosofía de la Historia: buscar un fin último (Endzweck) del mundo por encima de los fines particulares de los individuos, suponiendo que la presencia de un fin último se debe a una causa uni­versal (llámese razón o voluntad). El tratado de la historia universal expresaría la relación existente entre fines particulares y fin universal, relación que, a su vez, debe mostrarse como acto de esa misma ra­zón[3]. Hegel pensaba que se podía conocer la ley his­tórica bajo la cual se desenvuelve concreta y com­plejamente el género humano; ley que, como razón suficiente, explicaría el porqué de todas las vicisitudes de los pueblos. Continuar leyendo