PRELIMINAR FILOLÓGICO SOBRE EL VALOR
Desde el punto de vista objetivo, el Diccionario de la Lengua comienza definiendo el “valor” como el grado de utilidad o aptitud de las cosas, para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite; o sea, recoge una acepción utilitarista del valor, relacionado exclusivamente con las tendencias y los sentimientos humanos. A continuación aduce una definición más objetiva, pero economicista: valor es la cualidad de las cosas, en virtud de la cual se da por poseerlas cierta suma de dinero o equivalente (incluso son “valores” los títulos representativos o anotaciones en cuenta de participación en sociedades, de cantidades prestadas, de mercaderías, de depósitos y de fondos monetarios, futuros, opciones, etc., que son objeto de operaciones mercantiles, por lo que se dice: Los valores están en alza, en baja, en calma). Finalmente indica que “valor” es también el alcance de la significación o importancia de una cosa, acción, palabra o frase.
Pero desde el punto de vista subjetivo, el Diccionario señala, en primer lugar, que “valor” es la cualidad del ánimo, que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a arrostrar los peligros; es lo que, en sentido positivo, los antiguos entendían por “fortaleza”, e incluso en sentido peyorativo, lo que denotaban por osadía y hasta desvergüenza; y por eso se dice: ¿Cómo tienes valor para eso? Tuvo valor de negarlo. En segundo lugar, “valor” equivale a la firmeza de algún acto, incluso la fuerza, actividad, eficacia o virtud de las cosas para producir sus efectos; de ahí pasa a significar a la persona que posee o a la que se le atribuyen cualidades positivas para desarrollar una determinada actividad; por lo que se dice: Es un joven valor de la guitarra.
En esta tensión de lo “objetivo” y de lo “subjetivo”, el Diccionario recoge también lo que la Filosofía ha podido aportar a los contenidos de la Lengua; e indica que “valor” es la cualidad que poseen algunas realidades, consideradas bienes, por lo cual son estimables. Y sigue diciendo que los valores tienen polaridad en cuanto son positivos o negativos, y jerarquía en cuanto son superiores o inferiores.
El Diccionario abre así tres problemas para el filósofo: primero, el de la “objetividad” de los valores; segundo, el de su “polaridad”; tercero, el de su “jerarquía”. A la doctrina que estudia estos problemas se le llama Axiología, que es una teoría de los valores (de axios, valor), la cual abarca, por una parte, el conjunto de ciencias normativas y, por otra, la crítica a la noción de valor en general. Continuar leyendo